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el ritmo que nos mueve

el reto de hoy

Ahora, mientras recorría el blog, me di cuenta que cada texto que he publicado ha sido apartir de una corta o larga reflexión, así como de unas dos o tres revisiones antes de colocarlo en la página. Y si no tengo ningún motivo para justificar los detenimientos que los textos me han hecho tener hasta ahora, es porque no creo que sea malo llevar alguna disciplina con los escritos. No me gustaría publicar sensaciones momentaneas, sino perdurables.
Aún así, mi gusto por la aventura me lleva a querer escribir esto, donde no pretendo otra cosa sino un texto excento de revisiones previas y sin reflexiones temporales. Algo que sea más personal, como muchos dicen. Me estoy negando el deseo de leer lo escrito hasta ahora y corregirlo. Este texto debe de ser hecho una sola vez. Si no se consigue, yo como escritor, pierdo, y gano como retador.

2 comentarios

josue -

Creo que se le debe perder el miedo a la palabra, para dominarla, para usarla como uno quisiera. Pero claro, ella misma dictará las reglas. Uno debe de jugar con la palabra, pero a su juego.
Como dice Paz: "...tuérceles el gaznate..."

marian -

El único miedo que no vale la pena vencer es el miedo a la palabra. Es la única batalla que vale la pena: no derrama sangre, sólo tinta, energía, vida, mucha vida.